domingo, 30 de enero de 2011

dulce y suave. cap.72

Apenas si salía el sol cuando llegue a mi habitación, sentía que moría de sueño habíamos estado en bares, cuando note que sobre mi cama había un vestido, el mismo que me había gustado en la pasarela, tenía unas flores encima de él y una nota “espero te quede amor, un taxi nos espera a las 7 duerme bien” solté una carcajada, el había tenido la misma idea yo le había comprado el traje que a él le había gusto. Marque a la habitación de esteban…


-¿gala?

-es hermoso, justo me lo estoy midiendo-

-Jajaja, yo igual, te veo en la tarde, te duermes ok porque tal vez te canses.

-ok amor-. Era increíble cómo me quedaba el vestido como si fuera hecho para mi, sentía algo en mi estomago, como mariposas como si mi cuerpo fuese lo único que me evitara volar, moría de nervios, tuve que tomar una pastilla para poder dormí.



Apenas si siento las piernas tengo un hormigueo en mis pies yo creo que de tanto estar bailando apenas si me empieza entrar sueño cuando tocan la puerta

-Leah soy Bass abre

-ya voy-. Batalle horrores en pararme, mi pelo apestaba.

-uh que finta tienes.

-¿fuiste a la habitación de marjorie?

-sí pero creo que estaba con un hombre por qué no abrió

-estás loco

-algo apesta aquí

-soy yo, déjame.

-Jajaja

-tengo algo que decirte, ¿sabes que marjorie tiene una hermanastra?

-¿la hija de la novia de enrique? Su eso lo sé nuestras familias son muy amigas, ¿Qué hay con ellas?

-la vez pasada que vinimos, una tal lola ósea la hija de esta tipa, nos envió unos mensajes a nuestros celulares Bass, créeme no eran nada agradables y ayer en el fashion week la vi saludar a Ana, ella nos tuvo que seguir toda la noche para tomar las fotos.

-que loca, pero pues igual aparte Ana en ese momento ni los hacía en el mundo.

-si lo sé, pero igual es raro, no sospecho de Ana, para nada pero si de lola-. Eso era mentira ahora ni el hola le creía a Ana.

-¿me enseñas la foto que te mando?




-ok-. Busque en mi móvil el mensaje que había guardado, eran dos fotos una mía dormida en pleno antro y otro caminando por la calle en ropa interior debajo de esta ultima decía “¿la pequeña actriz dará el ancho para el papel de ruda? Suerte en la caída Leah!”

-vaya, que hacías desnuda en la calle, ¿Por qué lo conservas?

-es larga historia, y cada que lo veo recuerdo no carme de tan alto no quiero que esa perra ría y me deberían dar un óscar por aguantar a Santiago.

-Jajaja tonta-. El celular sonó, y en cuanto conteste empecé a caminar por toda la habitación apenas colige me lance a Bass gritando

-¡Me lo dieron, me lo dieron! Tengo el papel imbécil

-de poca madre Leah- dijo Bass mientras reíamos claro antes de poner su cara seria-, ¿le has dicho a tu padre y a Santiago?

-no pero seguro que Santiago me apoyara.






Apenas me desperté y me puse el vestido, me pinte y peine, tenía algunas joyas que había traído conmigo, el teléfono del cuarto sonó, era la recepcionista mi carro había llegado.

Esteban estaba en la calle esperándome con su traje, lucia tan… limpio, apenas me vio sonrió y se acerco a sin dudar me planto un beso, dejándome respirar su aliento a menta y cigarro que me era tan familiar, mire un carro con chofer en la entrada.

-Jajaja, no tenías que ser tan formal.

-¿Por qué?-. Apenas dijo esto otra mujer subió al carro y este arranco dejando pasar un taxi.

-no por nada, ¿vamos?

-vamos-. Abrió la puerta del taxi dejándome entrar primero y después el.

Cuando llegamos al lugar me di cuenta de que no era la cita que esperaba o tal vez si lo era y por eso me molestaba tanto, porque era la cita digna de Gala, cena en un lugar caro lo que todo chico hacia por mi cuando invitaban a salir.

La entrada estaba bien iluminada, tenia candelabros largos color dorado que dejaban una luz color ámbar, había flores en todas partes y meseros que parecían pingüinitos, escoltados hasta la mesa, alguna vez marjorie dijo que odiaba que hicieran eso, es como cuando te escolta la poli o tus padres te intimidan, para que lleves su ritmo.

-¿desean ordenar algo?

-sí, pollo el que sepa mejor y una botella de vino-.dijo esteban dejando la carta en la mesa.

-yo quiero langosta a la mantequilla y no traiga la botella solo una copa de vino y otra de agua.

-¿te gusta el lugar?

-es bonito, ¿Por qué me trajiste aquí?

-por que tengo hambre y es un lugar rico y bonito y no se

-¿es porque crees que es un lugar para mí?

-no, no es eso este restaurant no merece ni que hables de él y no busques una pelea quiero que sea algo especial es nuestra primera cita.

-si perdona…

-¿te quieres ir?

-¿sin cenar? De acuerdo vámonos-. Dije dándole un beso a esteban, El pingüinito solo nos miro con el entrecejo fruncido justo cuando salimos una gota cayó sobre una de mis pestañas-, creo que va llover esteban
-entonces caminemos amor-.esteban corrió hacia un túnel que era una estación del metro claro toda la gente nos miraba extraño demasiado formales para andar en metro.

-¿iremos en metro?

-tú querías ver una cita a mi estilo ¿no?

-en Culiacán no hay metro

-pero si viviera aquí lo usaría


-¿y a dónde iremos?

-ya verás gala-. Esteban tenía una sonrisa segura el tenia algo preparado para mi, y para mi suerte el metro no estaba tan lleno pero no había lugar donde sentarse así que me pegue a Esteban que me agarro de las caderas y puso mi mano en la agarradera junto con la suya, sentía el rose de su cuerpo era agradable sentir su saco tocando mi espalda, no sé si él sentía mi espalda tocándolo peor a me parecía tan sensual que mi mente por un segundo divago.

Bajamos en otra estación que para mi lucia igual ,el si sabia donde estábamos por qué no pensó ni dos minutos en elegir el camino a seguir, fuera del subterráneo no había ni rastros de gota.

-creo que no llovió.

-que bueno porque eso arruinaría mi cita, iremos a un lugar genial, conocía este tipo en el ultimo bar está loco le he contado sobre el vestido, bueno el me ayudo con esta cita así que…vamos-. Puso su mano en mi cintura amaba que hiciera eso, caminamos un poco mas antes de tomar un taxi que nos dejo frente a una casa bueno una mansión, parecía un castillo alguien esperaba en la puerta un pingüinito, saludo a esteban y después nos guio al jardín, los arboles tenían candelabros colgando no sabía dónde estaba ni que onda.
-¿Quién pone candelabros en sus árboles?-.pregunte apenas si me pudo escuchar esteban

-aquí es señor- el pingüino le dio una llave la llave de la puerta que estaba frente a mí, y un pañuelo, del mismo color que mi vestido.

-gracias, amor voltéate

-¿Cómo?

-te vendare para que no veas…


De un momento a otro solo estaba obscuro ya no había luz de candelabros, di unos pasitos con esteban sosteniendo mi mano, apenas entre escuche como si hubiera aviones dentro de la habitación, podía oír algunas turbinas, o alas no sé el ruido era alto.
-ven acuéstate aquí-.dijo esteban guiándome al suelo donde había algo suave, donde me acosté, sentí su brazo rosando el mío-, quítate el pañuelo.

El techo del lugar era alto tenia enredaderas que caían hacia donde estábamos nosotros, había florecitas rojas de esas pequeñitas que apenas si tiene 4 hojas, y no había ningún avión ni turbina, eran colibríes, muchos, el sonido era hermoso era como estar volando y producían cierto aire, apenas se podían ver dentro no había luz solo la que entraba por una ventana y era la luz de los candelabros…

-es perfecto…- bese a Esteban y nos quedamos ahí viendo aquellos pequeños pájaros producir un sonido….no importaba nada todo se borro, nadie se podía imaginar lo que pasaba por mi cabeza en aquella habitación ni siquiera yo sabía, volteé a verlo ahí con su perfil perfecto con su nariz respingada lo suficiente como para darme ganas de besarla, mi mano sin pensarlo fue a parar a su mejilla tocándola suavemente, sentir su piel helada me hacía ver que el si estaba ahí que todo lo que había pasado por mi mente era real.
-creo que debemos irnos solo podríamos estar aquí un momento…- se paro y levanto los brazos como si pudiera tocar alguno de esos pajaritos, ahí había una escalera corta subió hasta el segundo escalón y consiguió atrapar uno, verde con el pecho color rosado.

-es hermoso-.toque un poco su cabecita verde.

-a que si, son los pájaros más pequeños de todos y aletean muy rápido por eso hacen ese ruido, ¿nos vamos?-.dijo soltando el colibrí no dije nada solo me pare y lo seguí las luces de los candelabros iluminaba menos y el cielo ya estaba muy oscuro, pero aun nada de lluvia, conseguimos un taxi rápido, tome su nado todo el camino.

-creo que no llovió, a la mejor era algún miado de pájaro-

-Jajaja, no no creo-. Unas tres cuadras antes de llegar al hotel y lo sé porque está cerca Samborns empezó a llover, fuerte se oían las jotas en el techo del taxi…

-claro Esteban era pipi de pájaro.

-te quedas arriba yo entrare al hotel por un paraguas-.dijo esteban bajando del taxi pero apenas se mojo había un pingüinito fuera con un paraguas, yo no le hice caso Salí del taxi sintiendo como mi pelo se mojaba.

-tengo que aceptar que con esto la cita es un diez.

-te estás mojando anda ven-.dijo esteban que estaba seco bajo el techito de la entrada del hotel

-en las películas siempre hay un beso bajo la lluvia.

-¿entonces tendré que besarte?

-podrías hacerlo antes de que muera congelada.

Esteban corrió mojándose hasta donde estaba a mitad de banqueta, me miro lo que pareció eterno, sus labios eran delgados tan finos, se sentían mojados, apretó sus manos contra mi cintura mojada, que provoco un escalofríos

Cuando entramos al ascensor el olvido todo empezó a besarme, sabía que sucedería alfan todo el día lo supe pero lo negué aun besándome así no me lo creo, salimos del ascensor a tropiezos y entramos en mi habitación que estaba un piso más arriba que la de él.

Podía sentir su boca por todo mi cuerpo y con sus manos quitándome el vestido lentamente, yo temblaba pero lo amaba y estoy segura que el a mí, se siente por la forma como me toca, como si me fuese a doler como si cada yema de su dedo fuera a quemar mi piel, sus labios eran suaves con mi piel…



Gala estaba bajo mi cuerpo sonriendo y tocando mi pelo, tenía la mejor sonrisa de todas podría estar aquí años, esa noche había sido única, esa noche la había amado como dijo uno de mis escritores favoritos esa noche yo “La amé contra la razón, contra las promesas, contra la paz, contra la esperanza, contra la felicidad, contra todo el desánimo que podía existir”, simplemente la ame.

 
 
 
 
 
 
 




cancion de capitulo sweet and low-agustana.

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