sábado, 18 de septiembre de 2010

reseña

Después de la pelea del bar Roberto y yo empezamos a tener problemas, que si yo era muy liberal y que si el nada mas quería coger, después de esa salida mire a Darío los siguientes fines de semana, seguimos saliendo con su bola de amigos, son muy divertidos y hacen de su vida lo que quieren, le han dado a Marian, Isabel, Pía y a mí, una nueva forma de ver las cosas, por lo menos yo ya no me asombro cuando uno fuma, toma, se droga o de plano coge, siempre se están apoyando unos a otros y nunca se dejan abajo; es lo que más me gusta.


La última salida fue una tokada de música de ska, estilo panteón, la maldita y ese tipo de grupos; el lugar olía a marihuana a más no poder, ya sé que todos los amigos de Darío, e incluso él, fuman marihuana y no creo que sea lo único.

Hace un mes que Santiago entro a clases, ahora ya es hasta mi amigo, resulta que es amigo de Darío y todos ellos, también de Roberto, exceptuando que él no fuma ni un tabaco. Este mes es la fiesta de Darío, todo mundo comenta que es la más esperada del año, con este tiempo que llevo de conocerlo me he dado cuenta que sí, es muy popular, me he convertido en una de sus amigas más cercanas, junto con Santiago y Titán que también lo conoce.

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