miércoles, 29 de septiembre de 2010

mi primera vez. cap.25

-Esto de venir de compras no me gusta.-dijo pía mientras veía el precio de una blusa.

-¿te gusta la blusa?

-si, pero es mucho dinero.

-anda te la regalare por el parón que me hiciste en el examen de química.-jale la blusa de su mano

-bueno, pero te lo pago luego



Salimos de tienda, había muchísima gente, claro un sábado por la tarde no puede estar de otra manera, muero por un cigarro



-Pía, vamos afuera quiero fumar,

-vamos, viciosa.



La parte trasera del centro comercial está llena de gente que fuma, y de conocidos, todos amigos de Darío que estaba en una mesa fumando junto con Charlie el vendedor, en cuanto me mira alza la mano en señal de que vaya.



-¡Marjorie!

-no pensé verte hoy.

-ya vez no hay ni una fiesta así que aquí estoy con mis súbditos haciendo acto de presencia

-que mamon eres Darío- dijo Pía.



Pía estaba roja de pies a cabeza por estar cerca de Charlie, dejando en claro que ya se conocían.



-¿andas gastando tus millones?-pregunto Charlie al verme con las bolsas.

-sí, algún día te comprare algo más bonito que esa camisa...-en realidad era una camisa equis negra de cuello ve sin chiste.

-¡jajá…! Me acabaste



Darío empezó a contar sobre la cena con los papas de Isabel, cada detalle después el tiempo se vino encima y ya estaba oscuro y Charlie se miraba todo desesperado por marcharse de ahí.



-¡Darío vámonos, Ya!

-vamos pues, marjorie me largo.

-sale te veo luego.



Todos nos despedimos, Pía y yo ya estábamos entrando al centro comercial cuando Darío nos alcanzo



-Ey, marjorie recuerdas que me dijiste que querías fumar.

-¿fumar qué?

-pues marihuana.

-¿vamos?-le pregunte a pía.


Caminamos dos cuadras antes de llegar a una calle más oscura que el resto, pía trae una cara de miedo, es obvio porque seguro yo también tengo la misma expresión, Darío abrió la puerta de una casa rosada enorme así como si él fuera el dueño, el lugar está lleno de grafiti, con nombre y figuras como hongos y ondas de colores, hay gente en unos sillones fumando cigarros y platicando es como un café pero clandestino y sin café...jajá.



-Ey edd, subiré con nuevos paro que nadie suba.-dijo Darío a edd que está sentado con una chava, me había quedado callada en todo el camino no dije ni pio y horita menos no sé si es el miedo o la impresión que me da este lugar tan inmenso y esa gente en los sillones con algo en común la hierba y la fiesta.



-¿a dónde vamos?- pregunto Pía al salir de aquel lugar.

-iremos a la verdadera mansión, donde ocurre la magia. respondió Darío al mismo tiempo que abría la puerta más cercana a la que se acababa de cerrar, esta puerta llevaba a la parte de arriba de la casa que acabamos de visitar, subimos escalones sucios ahí si no parecía un café, los cuartos estaban vacios sin ralladuras ni nada, Charlie nos guio con su celular a una habitación sin pared en vez de eso tenía una reja era una terraza con techo ahí había un sillón y ahí si estaban rayadas las paredes, Darío se acostó en el sillón y saco un cigarrillo forjado por él lo prendió y empezó a fumar Charlie saco otro y lo prendió solo le dio unas caladas y me lo paso.
-fuma normal solo que déjalo dentro.- Darío seguía fumando e instruyéndome



Cuando di el primer jalón sentí el humo oprimiendo, quería escapar pero yo no lo dejaría.- Puf….- casi no salió humo de mi boca y lo que salió era casi blanco, fume mas por alguna razón la única sin un gallo era Pía Charlie no le dio ninguno.



-¿y de quien es esta casa Darío?

-del gobierno, la confisco hace años.

-ósea que si nos encuentran aquí valemos madres.- dijo Pía casi molesta

-exacto Pía.-contesto Charlie.

-que miedo ¿no?

-Já... La neta sí, no quisiera terminar en barandillas hoy

-no llames a la mala vibra Charlie…-dijo Darío



La puerta de las escaleras se abrió de una, haciendo ruido por toda la casa Darío y Charlie nos jalaron con ellos hacia una habitación con un armario todos nos metimos ahí, Darío aun llevaba su gallo, por mi parte había tirado el mío, tengo el culo en mi mano, me muero de miedo, Darío se lanzo a ser frente a quien hubiera abierto lo más seguro es que sea un policía.



-¿Quien anda ahí?- grito Darío.

-Soy el cholo mi Darío.

-eres un imbécil.- Charlie salió del closet nosotras le seguimos y ahí estaba la razón del ruido era el Cholo por un momento me vi tras las rejas, ¿creen en las señales cósmicas? Yo no por eso me vale lo sucedido horita mismo.

-¿que no sabes que no debes entrar así?-Charlie estaba realmente molesto.

-ya pues es que todos haya abajo pues pregunta por Darío, que según esta con unos iniciados.- quienes serán todos los de abajo, ojala no esté ningún conocido mío

-Es Marjorie la que está con nosotros.- dicho esto Salí detrás de Charlie para que el cholo me viera- por eso nos cagamos idiota, que tal que fuera un poli, ¿qué hacemos con ellas?, no lo hagas nunca más cholo.

-perdóname Rey Darío.

-no bromeo.

Darío salió de esa casa echando chispas, en cambio yo iba de lo más relajada, Charlie entro a la parte baja de la casa con mucho cuidado de que nadie lo viera y Darío le siguió después de nosotras, ahora se quienes eran todos, ahí estaba Santiago, edd, Max y de mas amigos de Darío que me conocían que oso.



-¿no me digas que tú eras la que estaba fumando arriba?- Santiago lucia tan divertido con esta idea que me choca.

-si era yo, ¿por qué?

 


-no puedo creer que hayas caído primero que yo.

-cállate, ¡jajá…!- todo me da risa, estoy de lo más divertida, edd está por un lado mío haciendo ruidos con eco y sonidos extraños que solo me ponen más ambientada.-ya edd, déjame.-

-pero si te estás divirtiendo.-

-pues ya no me quiero divertir, tanto.-

-¡mira, mira...! Quien viene ahí, tu Max.

-¿mi Max?

-salen juntos ¿no?

-¿tu como sabes?

-todos lo saben y calla que ahí viene.

-hola marjorie.- dios su sonrisa esta hermosa y su pelo castaño claro, es tan sexy o eso pienso porque estoy así, lo único que no me gusta de todo esto es que pienso demasiado cada cosa…

-¡Max!

-¡jajá…! Me dijeron que estabas muy divertida.

-si Max está demasiado divertida, anda te doy permiso de que te aproveches de ella.- dijo edd cerrándole el ojo.

-edd, creo que te llama Darío ¿no?

-tan educado, mi Max.

 
-jajá, jodete edd.-

-dale un tour por el lugar que es su primera vez.- grito edd cuando se marchaba.

-dame un tour pues.

-ven.-me tomo la mano, su mano a comparación de la de “él”, era tibia.-

-¿es un elevador? Creo que es el lugar más raro en que he estado.

-no sirve, solo es el muro de las firmas, toma pon tu firma.- me extendió un plumón de aceite

-y que tal si no quiero dejar rastro aquí.-

-pues pon una frase.-

-va.- escribí la frase que quería que permaneciera ahí.

-¡libertad! Me gusta tu frase.

-a mí en cambio, me pone la piel china, digo yo no conozco lo que es ser libre.

-¿y eso porque lo dices?

-por nada, tontadas mías.

-yo no creo que lo que tú sientes sea tonto.

-pero es que tu eres muy listo.- sentía como si alguien me tocara la espalda pero no había nadie ahí más que Max que no estaba cerca de mí, estaba relajada me encanta.- tome de mi bolsa mi cámara y tome una foto al elevador.

-¿qué haces?

-jajá, tomo una foto, esto es una obra de arte.- apunte mi cámara a su rostro que me miraba con cierta ternura y a la vez con curiosidad ame esa mirada me recordaba de nuevo a “el” tan serio y eso era patético, le saque una foto.

-marjorie no me tomes fotos

 
-me dirás que eres penoso.

-si, haber préstamela

-no que va me vas a querer tomar fotos y a mi sí que no me gustan.

- solo la veré lo juro.- se la preste la miro y tomo una foto, pero no a mí y lo que yo sospechaba este tipo esta mas que maduro.



Estuvimos un rato mas hasta que el chofer de mi abuelo marco a mi celular avisar que estaba en el centro comercial.



-Pía, nos tenemos que ir, Darío me voy.

-haber marjorie, ¿estás segura de que puedes irte?

-si ni modo que me quede aquí Pía.

-Has un cuatro y nos vamos.- Un cuatro ¿que madres es eso?, improvisar es lo mío, me recargue despacio en la pared, conté cuatro dedos y se los mostré a Pía quien empezó a reír igual que Santiago.

-JAJA...hay marjorie, eso no es ni medio cuarto de un cuatro.

-¿
Qué? pues no se que sea un cuatro pero vámonos

-¿dónde te recogen?- pregunto Darío.

- en el centro comercial.

-te acompaño.

-yo también.- dijo Max quien por suerte no había visto mi oso del cuatro.

-creo que le gustas a alguien- Pía dijo esto tan bajito, pero aun así me ruborice, a mí también me gustaba aunque sea un piquito. Caminamos charlando hasta el centro comercial.

-buenas noches marjorie….

-buenas noches Max.-

-adiós, Darío, adiós Max.- dijo Pía caminando hacia el carro, yo le seguí, pero me pare en seco y gire hacia Max.




-¡Max! ¿Te puedo besar?

-siempre que quieras.

Me acerque a él y tome su cara y lo bese suavemente, sin prisa y aun así le recordé, parece que cada recuerdo de aquel verano invade cada momento, el fumar me hiso pensar muchísimas cosas que tengo que sacar de mi cabeza.



Charlie estuvo toda la noche conmigo y no me dejo fumar marihuana eso es tan extraño como si le importara, espero que no porque me da muchísimo miedo importarle a alguien y decepcionarlo como lo hago con mi madre, por lo menos esta noche saque algo bueno, tengo 3 pastillas para la semana, obvio le tuve que pagar a Charlie y lo bese y deje que tocara un poco, es que me gusta pero estaba Samuel mi novio a quien también quería pero ya no sé ni que hago.


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