miércoles, 29 de septiembre de 2010

¿te amo?;Isabel&Dario. cap.24

-Darío, mis papas quieren que vayas a tomar Té a la casa.
-¿Qué?, Isabel es, no sé, muy pronto ¿no crees?
-Papá es muy tradicional, solo quiere verte y charlar contigo, no pasa nada.
-¿Es necesario?
-Sí, al menos que quieras que papá no me de permisos y así.
-Ok, ¿cuándo?
-Mañana.
-Pues, si así tiene que ser, lo acepto, pero no puedo en la tarde, tengo escuela
-ok sera en la noche.
-el te no se toma en la noche amor.-Darío me tomo de la mano y me beso, era mi primera relación seria, estaba feliz con él, a mi no me importaban las fiestas ni el hecho de que él estuviera envuelto en rollo raros, porque así lo conocí y así me gusto, fuera de ser un parrandero, era alguien culto, lleno de ganas por vivir y era todo un cursi aunque no se viera, amaba su pelo despeinado y amaba sus pantalones entallados y sus piernas creo que es la mejor parte de él.
-no me importa..!
                                                                                                                                                                                      -¡Papa!, ¿ya estás listo?
-Hija, tranquila es solo un te, de noche algo raro pero bueno.
-eso que importa Papi, a y por cierto dile a Bianca que no se pase con Darío.
-Ella te quiere mucho y no te haría daño.
-Eso dices tú, a nadie le consta.
-Te miras muy linda Isabel.-mi pelo suelto y café mi color natural, traía mi vestido favorito negro con un gran escote en la espalda; el timbre sonó.
-Yo abro papá.
Darío estaba bien vestido, como se lo pedí, ni parecía lo que yo conocía, esta guapísimo esta noche, con su blanca y chaleco negro y sus jeans con cinto blanco y sus zapatos y bien peinado cero gorras, el es un poco más alto que yo no mucho y es piel morena clara sus ojos son enormes de color cafés, otra cosa que amo  del.
-estoy nervioso amor.
-Igual yo, pero prometo que será rápido, Bianca debe salir para las 8 de aquí, así que solo será una hora.
-¿ósea que después te quedas sola?, y con ese vestido que traes....
-No puedes quedarte conmigo, papá se encargará de que te marches.
-Pero puedo venir después de que él se marche.
-Veremos...-ese era un ¡no!
 
La plática iba bien hasta que Bianca comenzó a preguntar.

-Darío y ¿qué piensas estudiar?, digo solo falta un año para que salgas de la prepa si no me equivoco.
-Así es, estudiare filosofía y letras.
-¡Ah…! Que interesante y crees que vas a ganar bien para vivir-
-La verdad no lo he pensado.
-Bianca, en la vida tenemos que ser lo que nos guste ¿no?
-Así es Reyna.-dijo papá, a Bianca solo le importaba eso el dinero, estoy casi segura de que sigue aquí por esa razón dinero.
-Estuvo muy rico todo señora.
-Gracias Darío.

Bianca se paro para recoger el plato de mi padre y yo la seguí recogiendo el de Darío. En la cocina cuanto cerró la puerta de esta Bianca ataco.

-No me gusta para ti, nada; no es un buen muchacho, no tiene metas, no es el más guapo y apesta a tabaco.- Me había matado, pues todo era verdad, nunca hablábamos del futuro por lo tanto cero metas, no era el más guapo, y si siempre olía a tabaco, y lo de ser un buen muchacho o no era a criterio abierto.
-Bianca a quien le debe gustar es a mí, ¿queda claro?
-¿Se te pego un poco de su insolencia?
-¡Basta! Siempre es lo mismo contigo, me tienes harta y no eres mi madre para decir quién puede o no ser mi novio.- Salí de la cocina quedando Bianca detrás con la cara pálida. , ella odia que le recuerde que no es mi madre.
-Ya se van, ¿no papá?
-Sí, Darío se puede quedar un rato más, pero, la señora Mari los vigilara ¿de acuerdo?
-Sí papi.
-Hasta luego señor, señora.

Darío se coloco en el sillón de la sala a sus anchas, ya no tenía que guardar la compostura, saco un cigarrillo, pero antes de que le prendiera se lo arranque de la boca.

-No puedes fumar aquí.
-Bueno entonces vamos fuera.
-Creo que ya es hora que te vayas.
-¿Qué?, pero si tus papas no están.
-Por eso Darío.
-Yo pensé...que…bueno…yo quería…
-¿Quedarte? ¡NO!
-Entendido.
-No te enojes pero, aún es muy pronto.
-Bueno en ese caso yo me voy, buenas noches- acerco sus labios a los mío tan suave que apenas sentí el roce, cuando abrió la puerta recordé que quería preguntarle algo que da vueltas en mi cabeza.
-¿Darío?
-¿Qué pasa?-dijo al mismo tiempo que se giraba hacia mí.
-¿Con cuántas mujeres has tenido sexo?
-¿Sexo? con muchas, pero nunca he estado enamorado como para hacer el amor con alguien.
-Y ahora, ¿estás enamorado?
-Es muy pronto para contestar eso ¿no?
-Buenas noches Darío.
-Buenas lunas Isabel...-dijo saliendo de la casa


YO sí lo amaba, dentro de toda esa mierda que se miraba estaba un ser humano frágil, sincero el que a mí me gustaba.



Al fin término la hora del té con el padre de Isabel en definitiva quiero a esa chica, después de todo aguante a su madrastra una hora con quince minutos.

Me queda claro que es alguien especial incluso podría enamorarme de ella, tan tierna, o más bien creo que si la amo.




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